La Asociación Seminario de Cultura Lope de Barrientos está de enhorabuena. Cuando nos decidimos a fundarla en aquel final del verano de 2005, con el ánimo de que sirviera para promocionar la edición de obras sobre las fuentes de la Historia, conquense e hispana, aunque no nos faltaba ilusión, nunca pensamos que en apenas dos años verían la luz tres de nuestros trabajos: dos sobre «Fuentes conquenses» de época bajomedieval, y el otro sobre «Fuentes hispanas», dedicado a Madrid en el siglo XVIII, y que en la actualidad se encuentren en marcha algunos otros que, Dios mediante, no tardarán mucho en estar a disposición de los investigadores.
Junto a la publicación de fuentes, desde esos primeros momentos acariciábamos la idea de editar una revista que sirviera de vehículo donde se pudieran reunir trabajos de los heterogéneos temas que se acogen a la sombra de la diosa CLIO. No ha sido fácil, pues entraña muchas más dificultades que la publicación de un libro. Además de las nuestras, hay que encontrar y aunar otras voluntades y compromisos que tengan la ilusión común de ponerla en circulación, sobre todo para que no se pare por falta de «combustible» o se quede sin «ocupantes» en los primeros tramos de su andadura. Sopesamos la realidad, no hemos de negar que peligrosa para nuestra recién nacida, de que no son pocas las buenas revistas que hoy día se ofrecen para transportarnos por la Cultura, más los chocantes casos conocidos por todos: a veces nos quejamos de lo difícil que es publicar, mientras que, en otras ocasiones, revistas con años de andadura tienen dificultades a la hora de completar su «cupo de viajeros», y nada digamos de esas cuya existencia olvidamos porque sus números se distancian «incomprensiblemente» en el tiempo. Con estos peligros nos enfrentamos y, con el ánimo de sortearlos, la Asociación Seminario de Cultura Lope de Barrientos y la Editorial Alfonsípolis ofrecemos la revista, LOPE DE BARRIENTOS. Seminario de Cultura.
Los objetivos que nos hemos propuesto al emprender esta andadura son amplios y queremos que las páginas de LOPE DE BARRIENTOS. Seminario de Cultura sean un ámbito de encuentro flexible. Al haber nacido y tener su sede en Cuenca, haremos todo lo posible por tener una sección fija dedicada a esta ciudad y provincia, pero no vamos a ser «conquensistas» a ultranza; es decir, no vamos a publicar cualquier cosa, ni vamos a retrasar un número porque no nos lleguen trabajos de calidad sobre ella. Habrá otras secciones móviles que se cubrirán de acuerdo a los originales que se reciban y en las que tendrán cabida todas aquellas investigaciones relativas al ámbito de la Historia (Medieval y Moderna), Historia del Arte y Ciencias y Técnicas Historiográficas (Archivística, Paleografía, Diplomática, Epigrafía, Numismática y ciencias afines).
El primer número de nuestra revista tiene un carácter especial. Las iniciales dudas sobre su publicación, que se iban quizá prolongando en demasía con el peligro de enfriar los ánimos «fundacionales», fueron definitivamente alejadas cuando, desde la sede que la UIMP mantiene en Cuenca, se nos propuso la organización de un Seminario sobre el interesante mundo de las catedrales, que vinimos en titular «La Catedral, fuente de Historia». La publicación de sus ponencias nos da oportunidad de saborear, una vez más, lo que en él escuchamos y aprendimos de los profesores que acudieron a nuestra invitación, sobre ámbitos tan distintos como el Arte – orfebrería y ajuar litúrgico, arquitectura, iconografía -, la Filología y su visión acerca de las inscripciones, la Historia de los cabildos, de las bibliotecas y de los archivos, la Música, la Heráldica y la Arqueología, más todas aquellas con el denominador común de estar referidas a ese monumento emblemático que encontramos en todas las ciudades, del cual se nos escapan muchas de las razones que le dieron origen y que le han mantenido hasta nuestros días como foco de atracción para las sucesivas generaciones.
Creemos que no podíamos haber encontrado material mejor para inaugurar nuestra revista que las ponencias relativas a los aspectos catedralicios mencionados anteriormente, que nos deleitaron por espacio de tres días en el incomparable marco de la Sala Capitular de la Catedral conquense, que tan generosamente nos cedió su Cabildo; a quien desde aquí queremos agradecer con toda sinceridad su interés, patrocinio y difusión de la Cultura, como viene haciendo, aunque no siempre seamos consciente de ello, desde hace más de ochocientos años.